BERLIN
ENERO 2002
DESEOS DE PAZ E
INCERTIDUMBRE POR EL FUTURO RECIBEN EL AÑO NUEVO
Berlin, Enero, Edwin Perez Uberhuaga
.- Los deseos de paz en el mundo, la incertidumbre de lo que ocurrirá
en el futuro inmediato, los desafios que trae la globalización,
así como
el inicio del Euro como la moneda comunitaria, marcarón la celebración
de las fiestas de Fin de Año en Berlìn, ciudad que otra
vez ratificó que es punto de concentración multicultural.
A las 0.00 horas del primero de enero del 2002, cuando la nieve caía
suavemente, los fuegos artificiales, las expresiones de jubilo, abrazos,
brindis y algunas lágrimas surgieron en casi millón y medio
de berlineses y gente de otras nacionalidades, jovenes y ancianos, que
se congregaron alrededor de la histórica Puerta de Brandenburgo,
que antes tenía el ignominioso Muro, pero que hoy marca la imagén
de una Alemania unificada que trata de salir de los problemas de su desempleo
y continuar fortaleciendo la Unión Europea.
Las calles Unter den Linden (antiguo Este) y 17 de junio (antiguo Oeste),
fueron ocupadas por una gigantezca rueda giratoria de feria popular, puestos
de venta de comida, cerveza y souvenirs, en los que los asistentes pudieron
estrenar los billetes y monedas del Euro, que desde este año entra
en plena vigencia y hasta fines de febrero reemplazará totalmente
al Marco alemán y las otras monedas de los países de la
Unión Europea.
Entretanto, en la Misión Católica de la Lengua Española,
decenas de latinoamericanos, españoles y alemanes, celebraron la
Misa de Acción de Gracias, cenaron y a la medianoche cumplieron
ceremonias tradicionales, como el consumo de doce uvas, subir gradas como
señal de éxito, contar dinero o, como en este caso, llamar
por teléfono a sus parientes en la distancia, a donde todavía
no habia llegado el Año Nuevo por la diferencia horaria.
LA NAVIDAD Dias atras la Navidad fue celebrada de manera diferente por
los alemanes, católicos y protestantes, y los latinoamericanos,
en su mayoria católicos, en medio de la indiferencia de los grupos
turcos y arabes que profesan la religión musulmana en libertad
en Alemania y que hasta el momento y afortunadamente, no han hecho caso
al llamado de " guerra santa " efectuada por los talibanes, actualmente
combatidos por Estados Unidos y sus aliados.
En Wittenau, al norte de la ciudad de Berlín, Frank, Andreas y
Marcus Sieber se congregaron, como todos los años, para cantar
" Noche de paz, noche de amor " y otras canciones tradicionales y disfrutar
una cena en medio de la integración familiar y a la sobria luz
de las velas, al pie del árbol de Navidad para recordar la llegada
de Jesús al mundo.
Un panorama diferente fue la reunión de una veintena de latinoamericanos
de la institución de defensa social de las mujeres, Xochicuicatl,
entre los que estaban Sandra Aranda, Esther Toledo y Mlada Opacak, en
la que no sólo se canto villancicos y se entrego regalos, sino
que se interpretó música folklórica y se disfrutó
de comida casera de varios países.
En los momentos de pausa, no faltó el dialogo serio para revisar
la guerra en Afganistán, el fantasma de las dictaduras y sus secuelas,
como la crisis en Argentina, en las que se coincidió que el actual
modelo económico no es una solución para los países
pobres y agranda de manera peligrosa las injusticias, lo que puede tener
consecuencias imprevisibles.
Muchos de los protagonistas de este fin de año en Berlín,
en algun momento miraron al cielo para pedir a Dios, dentro de la interpretación
que ellos tienen de El, que este año ya no exista violencia, miseria
y división entre los pueblos y que la guerra y el hambre ya no
causen tanta destrucción en diversos puntos del mundo.
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