Manifiesto del Concejo Pro Bolivia de Las Palmas de Gran Canaria
sobre los sucesos de violencia en Bolivia

Canarias, septiembre 2008.- Nosotros, los que con dolor hemos tenido que dejar nuestra tierra, los que hemos derramado más de una lágrima al dejar atrás nuestras amadas montañas, nuestros llanos extensos, nuestros fértiles valles, nuestra imponente selva. Nosotros que, a pesar de las dificultades de vivir en lugares remotos, de enfrentarnos a la necesidad de acostumbrarnos a culturas distintas y a leyes injustas que limitan nuestro caminar por el mundo aún somos capaces de aportar en forma de puntuales remesas el fruto de nuestro esfuerzo para hacer de Bolivia un país mejor, consideramos que tenemos la suficiente altura moral y más aún la obligación de hacer conocer nuestro parecer acerca de los tristes sucesos de violencia que asolan a nuestra querida tierra.

Nosotros que nos hemos visto obligados a salir del país producto de la implementación de un sistema económico que a destruido el aparato productivo, que ha hipotecado nuestras empresas y recursos naturales a intereses trasnacionales, que ha servido solamente para potenciar a una clase dominante de pensamiento feudal, racista y colonizado. Mientras las oportunidades de empleo y de vida digna eran pulverizadas y el país era rematado en pedazos por la clase dominante.

Hemos sido testigos de la forma en que el pueblo boliviano depositó en el hermano Evo Morales la responsabilidad de transformar las estructuras económicas, políticas y sociales del país, recuperar los recursos naturales, descolonizar la sociedad boliviana y permitir que existan condiciones para que los que hemos tenido que dejar el país podamos volver y tener en nuestra patria la posibilidad de una vida digna.

Consideramos que si bien estos sueños aún no se han cumplido, el país va por ese camino, lo demuestran entre otras cosas el proceso de nacionalización de los hidrocarburos, los cambios en las políticas sobre la distribución de la tierra, la alfabetización masiva, pero sobre todas las cosas un proyecto de Constitución Política del Estado que por primera vez visibiliza y da el lugar que les corresponde a las grandes mayorías indígenas discriminadas, excluidas y sometidas a lo largo de nuestra historia, que consolida además la propiedad de todos los bolivianos y bolivianas sobre nuestros recursos naturales y abre el camino hacia un nuevo modelo de estado donde lo estatal y lo privado conviven y se complementan con la economía comunitaria quebrando así la hegemonía del modelo neoliberal.

Estos cambios que se van construyendo en Bolivia son irreversibles por la voluntad del pueblo que se hace cada vez más patente. Esto puede verse en el 67% de aprobación que ha recibido el hermano Evo en el referéndum revocatorio. Queda claro a esta altura que el proceso de cambio no es un fenómeno que este arraigado solamente en el sector andino sino que en la mal llamada “media luna” por los sectores separatistas, al menos 5 de cada diez personas apuestan por este proceso de cambio y se hacen palpables los procesos de toma de conciencia de los grupos indígenas lo cual puede apreciarse en las contundentes victoria logradas en provincias de población Guarani, Chiquitana, Tchimane, Mojeña, Esse Eja y en general los 36 pueblos indígenas de Bolivia.

Ante esta situación queremos manifestar nuestro más profundo rechazo y condena hacia la reacción violenta y racista de las élites oligarquicas que, una vez como en octubre de 2003, no han dudado en manchar sus manos con la sangre de nuestros hermanos con tal de preservar los intereses y privilegios que les ha otorgado la historia larga del estado colonial en Bolivia.

Nuestros hermanos muertos en Porvenir son una prueba irrefutable de que los grupos de poder oligárquico de Santa Cruz, Sucre, Beni, Pando y Tarija no defienden ni los intereses, ni a los pobladores de sus regiones sino simplemente sus bolsillos y sus extensas tierras y que están dispuestos a matar aún a los propios habitantes de estos departamentos como hicieron con el líder guaraní Apiaguaiki Tumpa en la plaza de Monteagudo o con el cruceño Andrés Ibáñez en las llanuras de San Diego con tal de no perder estos privilegios.

Es por esto que desde el dolor y la impotencia que nos genera el estar lejos de la patria mientras en ella se derrama nuestra sangre hermana queremos al menos hacer oír nuestra voz para:

* Condenar la violencia racista y fascista desatada por los lideres cívicos de la mal llamada media luna contra todos los que, o tienen rasgos indígenas o no piensan como ellos.
* Lamentar y solidarizarnos con las familias de nuestros hermanos masacrados por la furia de los “caciques feudales” del departamento de Pando.
* Exigir que se investigue, y se sancione a las autoridades prefecturales, cívicas y municipales que han incitado claramente a la violencia.
* Exigir que se investigue y se sancione con todo el peso de la ley a los responsables de las muertes en el departamento de Pando empezando por su máxima autoridad Leopoldo Fernandez.
* Exigir la ilegalización de la Unión Juvenil Cruceñista por hacer apología del racismo y la violencia e incitar al odio entre los bolivianos y bolivianas.
* Exigir a los sectores de oposición al gobierno de Evo Morales encauzar sus demandas por las vías legales y democráticas respetando el mandato de las mayorías nacionales.

La distancia física nos separa de Bolivia, pero queremos dejar patente que nuestro corazón sigue allí, así como nuestro compromiso de seguir apoyando la construcción de una Bolivia distinta sin exclusión ni pobreza en la que todos podamos vivir como hermanos como nos han enseñado nuestros antepasados.

Consejo Pro Bolivia de Las Palmas de Gran Canaria

Las Palmas de Gran Canaria a 19 dias de septiembre de 2008