„Por libertad se entiende, de acuerdo con la significación apropiada de la palabra, la ausencia de impedimentos externos, impedimentos que a menudo pueden arrebatar a un hombre parte de su poder para hacer lo que le plazca, pero no pueden impedirle usar del poder que le queda, de acuerdo con lo que le dicte su juicio y razón.“ (Leviatán, XIV de Thomas Hobbes).
El Hombre desde un inicio busco la perfección, nunca la encontró, tampoco lo quiere aceptar, simplemente no existen Hombres perfectos, sino acciones o actuaciones temporales perfectas. Lo imperfecto es también una suma de acciones imperfectas, los resultados, consecuencias o efectos colaterales son desagradables o fatales para los involucrados. Toda acción tiene reacción y encierra consecuencias.
La acción perfecta es la decisión exacta y oportuna, en el tiempo, el contexto y espacio adecuado, y con la persona indicada. Lo imperfecto también es una decisión inexacta y calculada, en el tiempo y espacio adecuado y con la persona indicada. La perfección y la imperfección está en relación con la toma de decisiones, tomar una decisión y realizarla es crecer y avanzar, encontrarse a uno mismo, una y otra vez. Indudablemente antes de tomar una decisión, es mejor actuar, obrar o intervenir adecuadamente. Cambiar en muchos casos significa: sufrir, ceder y perder. La perfección es la espiritualidad y no la creencia, lo material, o el hedonismo. La imperfección es destructiva y una especie de involución. Es preferible tomar decisiones propias y no esperar que los demás tomen decisiones por nosotros, no importa si nos equivocamos; una experiencia, es sinónimo de madurez y crecimiento.
Hacer psicología, no es pretender analizar a una persona por su manera de hablar, caminar, vestir o actuar, sino se debe ingresar al universo individual, indagarlo saborearlo y vivirlo. Días, meses o años de observar, dialogar, conversar e intercambiar. Al momento del balance final, no nos atreveremos a dar un criterio y ofrecer cambios de personalidad. Quizá ya no podemos ofrecer un resultado verás, puede ocurrir que la persona cambió sin darse cuenta, o es tan íntimo lo encontrado y tiene mucho que ver con nosotros mismos. Muchas veces nuestra problemática la reflejamos, la proyectamos en el cliente o nos encontramos a nosotros mismos en el cliente, eso no es falta de profesionalismo sino humano.
El hombre siempre pretendió ayudar, en principio cediendo a sus propios, intereses y después cuidando y salvaguardándolos, al final cediendo a ellos. El temor a quedarse solo es significante. La felicidad y la espiritualidad son colectivas y no individual, siempre lo han sido. La satisfacción y la realización son netamente individuales.
Por Walter Trujillo Moreno, Psicólogo, Noviembre 2018