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FEDERICO GARCIA LORCA: DE LAS CUNETAS A LA CONCIENCIA UNIVERSAL.

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Arturo Prado Lima, Madrid – España.-

Nos reunimos en Valderubio, Granada, para conmemorar el asesinato del Poeta universal Federico García Lorca, nos congregamos en su casa, ahora convertida en Museo en cuyas paredes, patios, habitaciones, mazorcas de maíz y estatuas, Francisco Vaquero Sánchez, se dedica a cultivar su memoria. Llegamos todos con la edad en nuestros huesos, unos de Madrid, de toda España, para ser más exactos, otros de Montevideo, otros de Francia, algunos de Alemania y otros de Colombia, Ecuador, México, Chile, incluso de Corea. Llegamos atentos a las cunetas y afilando los oídos y la gran mayoría con sus versos escritos a la muerte, a la vida, al miedo y a las sombras, todos con sus lámparas para buscar en la oscuridad las huellas de los poemas y las obras de teatro que han cautivado al mundo entero desde mucho antes de su asesinato.

Todos queríamos saber la altura del grito lorquiano que asustó a los caníbales franquistas, queríamos comprobar el peso de la pluma con que derrotó a la Gran Costumbre y se proyectó por encima de las sombras que cubría a la España atada a los paradigmas del viajero varado en un recodo, a un paso del despeñadero de la paz de las cunetas y la cruz de los católicos en el poder.

Entramos a la habitación donde solía soñar sus poemas más logrados y nos sentamos al lado de La Casa de Alba y pudimos apreciar el susurro de las mujeres cuyas voces aún se pueden escuchar cuando el bullicio de los pájaros y los árboles y los perros y los hombres y mujeres y las cosas se quedan quietos, muy quietos, deteniendo la respiración en ese punto donde ella termina y comienza la inspiración, en el instante infinito que el vacío es García Lorca: sus pasos, su risa, sus romances gitanos, sus gritos en New York, sus visiones blancas de la Casa de Los Estudiantes de Madrid.

Me acorde de los cadáveres que aún quedan enterrados en las cunetas de las carreteras secundarias de esta “España Nuestra” y no pude evitar el paralelismo entre esas jóvenes generaciones colombianas que aún permaneces sepultadas no solo en las cunetas de las carreteras sino en el centro de su geografía urbana y rural, fosas que avergüenzan a la humanidad y humillan la inteligencia de los pueblos.

Muchas historias andan por ahí. Yo miré debajo de su cama y había algunos huesos de sueños militantes. Había una historia mutilada, un riachuelo fluyendo hacia arriba, un río en la mitad de su frente cuya corriente histórica era el cordón umbilical de los siete mares y las siete esferas de la vida. Vi su edad detenida en las alas del viento que entraba por las rendijas de la puerta. Vi su mesita de noche. Escuche sus pasos sigilosos y su sonrisa de romper ventanas y, en un último momento, sólo al último, cuando Débora me tomó la foto junto a su cama del tamaño de su nombre, sentí en el hueso más duro del corazón el miedo de sus últimos tres días rumbo al sitio de fusilamiento.

Entonces me senté en su silla, apoyé mi papel sobre su propia mesa y escribí unas palabras, unas cuantas nada más, que leí en seguida en el auditorio repleto. Ya en el atril, vi a Federico disperso entre todos los asistentes. Todos llevaban un García Lorca dentro. Para hacer el Gran Poema Universal solo faltaba que todos dejaran salir de sus cuerpos al pedazo de Lorca que habitaba en ellos, y sí que lo hicieron. Sólo entonces pude reconstruir lo que pudo haber sido el poeta cuando se buscaba dentro de sus versos, dentro de los pájaros, de las espigas, de las huertas sigilosas que se asomaban a verle por la ventana con sus olores tiernos y originales que las plantas suscitan antes de ser arrancadas de su origen: la inmensa tierra lorquiana que se extiende desde la Granada universal hasta el mundo individual que llevamos dentro.

Escribí su nombre en su propia mesa. Sé que mis palabras no se cargaban de truenos y centellas, de dardos ardiendo capaces de destruir el templo del generalísimo, pero aun así pude sentir los cielos curvados de sus últimos días, a pesar de los pesares, a pesar de las falanges y el llamado a tomar parte en el acto oficial, a pesar de este lado y el otro, pude oír el rumor de cuando el Gran Poeta se volvía luz, y la luz se hacía carne, y la carne nostalgia y la nostalgia ese enjambre de versos que la humanidad va repitiendo en escenarios y escuelas, en iglesias y museos, en campos de batalla y en los tiempos de paz de los que supieron a tiempo parar los fusiles.

Yo, que he venido desde el sur del sur, que traigo aun los muertos de las cunetas de un país que habita del otro lado del mar, no pude más que sentir que también Federico reivindicó sus nombres, sus huellas, sus alas, sus futuros.

Al otro día nos reunimos para el almuerzo lorquiano. Antonio Ros en silencio cedía todo el protagonismo a su cámara. Olivier repartía sus tomates Churry y sus chirimoyas francesas. Y los abuelos que se vuelven tontos con los nietos. Leticia y su madre compartiendo una ensalada marina. La música que baila en la lengua entre migajas de pan. Vilma que me cubre del frío con su jersey y me regala un sombrero. Necesitamos un pollito para que se coma las migajas de tanto pan disperso. Es entonces cuando entra el poeta a brindar con sus huéspedes. Aún huele a Pólvora, a ropa trasnochada, a sueños torturados, a ilusiones truncas. Y brindamos: Antonios, Sagrario, Maribel, Dévora, Marcelino ,Olivier, Vilma, Primitivo, Francisco Vaquero y su amada, Ruth….. y todos y todas cuyos nombres no recuerdo,y paredes, cuadernos, camareros y mesas: hoy escribí tu nombre en tu propia mesa, poeta, pienso.

Ahí está el poeta, presente. A pesar de las balas, a pesar de la “peor burguesía de España que vive en Valderubio”, a pesar de la censura, a pesar de las bibliotecas quemadas, el nombre mancillado, el dolor suprimido, el grito opacado, el camino extraviado, la huella borrada, a pesar de todo estuvo con nosotros, fue a brindar por el ahora, por la humanidad entera, por la vida.

Desde Perú Jorge Álvarez Bocanegra sigue el brindis, Desde Colombia William Burbano quiere leer los textos leídos en el acto, pero el acto termina y volvemos al lunes, y el lunes vuelvo al trabajo aun pensando en Federico García Lorca. Vuelvo pensando de otro modo. Mirando de otro modo. Sintiendo de otro modo. No tenemos una tumba. El duelo aún está abierto. Pero nos basta con su visita a la hora del adiós de esa Granada hermosa, esa tierra capaz de crear poetas tan vastos como la misma tierra con sus habitantes completos a los que dedicó su vida.

¡SALUD MAESTRO!

@arturopradolima

Madrid – España

 

 


POEMAS PARA DESPUÉS DE LA GUERA (III)

Arturo Prado Lima, Madrid, diciembre de 2015

             I

Países y naciones venían

A suicidarse cada más a menudo al centro

De la costilla mayor,

Más cerca del corazón:

En aquellas naciones me recuerdo,

En sus sepelios al atardecer,

En el luto aun sin muerto

Que llevábamos dentro.

Venían a dormir otras almas

En las horas altas de la noche

Cuando la guerra se desnudaba

Entre sábanas y rubios lodazales

Y Venían a morder nuestro silencio

Y a lamer sus despojos

De países prisioneros de sí mismos.

Eso recuerdo, vida.

Y que la horca y la esperanza

Cabían en el mismo candado.

Y que debajo de tu piel

El tiempo se convertía en nostalgia.

Me recuerdo escribiendo poemas clandestinos

Debajo de tus ojos,

Redactando la forma de tus labiales días

Mientras llevábamos el periódico

Al Frente Militar.

Subían los países por escaleras empinadas

Hasta alcanzar tu boca

Donde hace milenios se suicidaban

Dos diversos sistemas planetarios

Con su historia y sus huellas digitales.

Debajo de las piedras nacía un hilo

De agua cristalina.

Yo pensaba en la soledad de las heridas,

En los caballos oscuros relinchando

En el pecho.

Entonces nos mirábamos,

Tú con mis ojos, yo con los tuyos,

Y jugábamos a desnudarnos.

Yo me bebía la miel que había

Debajo del nuevo testamento de tu lengua,

Tú te comía mis labios y reías.

Pasaban los convoyes militares

Apuntando a tus rodilla esparcidas en el patio,

Pero solíamos ignorarlos

Mientras nos buscábamos cada cual

Dentro del otro.

II

 Yo los vi.

Eran soldados del mismo lado, del mismo pueblo,

Reclutados soldados del mismo campo de batalla

Que marchaban a matarse

Por vivir un minuto más, eso recuerdo,

Y el dormitorio

Donde tronaban los Silvio Rodríguez y Violeta Parra

Y aquellos valses y boleros

Que brotaban en penas ovaladas del viejo tocadiscos,

Y aquellas sombras que alargaban

El lado oscuro de las cosas

Y nacían de la luz del viejo querosene.

III

Colosales rebaños de piratas

Cruzaban la enorme juventud

De un labio recién amanecido.

Pechos que fueron patria

Caían vencidos

En las largas tardes del combate.

La soledad amanecía entre los árboles.

Viejos asesinos oficiales

Invocaban la patria para procurarse el futuro.

Detrás del país, allá lejos,

Efímeras palabras conjugaban nuevas guerras.

Antes de morir

El sueño encendía el fuego

Y se dividía en épocas universales

Donde el condenado a muerte

Escondía el punto final de su utopía.

 

IV

Había que estar alertas,

Los criminales

Aprovechaban la mínima contemplación

Para refugiarse en nuestros huesos.

Sumaban una a una

Viejas nostalgias imperiales,

Lamían antiguas heridas

De memorias ancestrales

Mientras yo te deseaba

Y los cansados párpados

Batían otras espadas a la luz de la luna.

De esta manera nos dividimos en dos bandos:

Aquellos que nunca pudieron expulsar

A los criminales de sus huesos

y nosotros, o al contrario, pero del mismo modo.

  Madrid, diciembre de 2015

@arturopradolima


A propósito de los atentados de París: ¿ES COMPATIBLE LA LIBERTAD CON LA SEGURIDAD?

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Arturo Prado Lima

El nuevo Orden Mundial a que aspiran los halcones de la OTAN, la CIA, Los sionitas y los buitres del gran capital internacional están en marcha. La política de generar una nueva realidad a partir del caos cunde en el mundo de hoy. En el fondo de todo esto, yace una intención clara y siniestra: abolir de las naciones cualquier indicio de libertad. De allí la urgencia en revolver la superficie. De crear el caos aquí y allá, dentro y fuera, arriba y abajo. Sólo en un mundo convulsionado, incomprensible, oscuro y revuelto, es posible masacrar la tímida libertad que algunos países  y áreas geopolíticas esgrimían como bandera de civilización, aunque esa tímida libertad estuviese dentro de  un campo de concentración rodeado de alambres de púas. Es el caso de la Unión Europea y también de los propios Estados Unidos de América.

La UE hacía gala de la libre circulación de sus miembros por todo su territorio, dejando atrás las odiosas barreras que negaban la movilidad plena de las personas. Había instaurado un orden bastante parecido a una comunidad de vecinos en pos de un mismo fin y una misma meta: la abolición de las fronteras y las políticas migratorias. Lo mismo sucedía dentro los Estados Unidos, “la democracia más grande de la tierra”. Vivir en estas tierras significaba, y significa aun, el sueño de todo ser humano. Y es precisamente mantener ese sueño lo que ha justificado el blindaje de sus límites con auténticas barreras de cemento y alambre e intervenciones armadas, sometimiento de países y regiones enteras, todo con la promesa de mantener la libertad dentro de sus Estados.

Una mujer se preguntaba ante las cámaras de los reporteros, a raíz de los últimos atentados de París “Porqué Francia”. Otro entrevistado, cuando se le preguntó sobre los siniestros y criminales ataques, que iban en todo caso en contra de la libertad de occidente, resumió magistralmente lo que muchos piensan en el mundo de hoy: “¿Cuál libertad?”, respondió, “¿si trabajamos de ocho a ocho?”. Igual que la mujer se preguntaba el porqué, como tanta gente en el mundo, el otro tenía claro que la declaratoria de Estado de Emergencia Nacional en Toda Francia y el status de nación en guerra no lo afectaba en lo esencial: como la mayoría de trabajadores, no tenía tiempo de gozar la libertad que sus gobernantes defendían a fuego y sangre y que otros atacaban con bombas y fusiles desde lejanos países.

Tanto en Europa como Estados Unidos la libertad ha sido bandera para cometer barbaries y crímenes que de no ser por la confusión superficial del ser humano, se comprendería con más facilidad. El porqué de la mujer tendría una respuesta fácil: porque Francia está bombardeando territorio sirio con la ayuda de la Estados Unidos, la OTAN y hasta el propio ejército ruso. Porque bajo las bombas francesas, británicas y americanas han muerto millones de personas en el cercano y medio oriente en los últimos años. Porque millones y millones de personas huyen de sus bombarderos y se agolpan en las puertas de Europa buscando libertad y seguridad dentro de su propio enemigo.  Y porque hay quien dice que los atentados son fruto de las equivocadas políticas de occidente en el Medio Oriente, que a fin de hacerse a los grandes recursos energéticos de la zona, no dudan en, incluso, hacer auto atentados para legitimar invasiones armadas y sometimiento de pueblos enteros, e incluso, restringir la libertad de sus propios nacionales en pos de su seguridad.

La historia viene de lejos. Osama Bin Laden, se dice, fue entrenado por la CIA en tácticas terroristas para combatir a los invasores rusos en Afganistán. Una vez que los bolcheviques se fueron, los integrantes de Al qaeda se volvieron contra los gringos. Vino después el ataque a las Torres Gemelas de Estados Unidos y la posterior invasión del monstruo herido a Afganistán, y, con el pretexto de acabar con supuestas armas de destrucción masiva, se lanzaron contra Irak. Y se arrojaron contra todos los países petroleros no afectos a sus codicias. Todo esto para elevar la seguridad al rango de ideología mundial. Las libertades nacionales ceden el paso a la seguridad.

Tony Blair, el ex primer ministro británico, reconoció hace algunos días tácitamente el error de atacar Iraq aunque justifico la muerte en la horca de Sadam Hussein. Y Pidió perdón y reconoció que esa política había potenciado al Estado Islámico, el mismo Estado que ha creado un califato en tierras de Siria, Afganistán e Iraq y que sería el autor de los atentados de París del 13 de Noviembre. Al unísono que convulsionan  la superficie total,  los senadores Lindsey Graham y John McCain, exigen que EE.UU. despliegue  tropas en Siria. Instan los halcones norteamericanos a una ocupación real de Siria porque saben que eso beneficiaría a Israel, el aliado militar número uno de occidente en la zona, quien tendría vía libre para ocupar regiones del sur de Siria y consolidar sus dominios sobre los Altos del Golán.

La existencia del Estado Islámico, en todo caso, es creación de occidente. La intervención rusa contra el ISIS en tierras sirias, y su efectividad contra aquellas fuerzas terroristas, ha alarmado a occidente y, según se especula, los atentados de París serían obra de la misma inteligencia occidental para legitimar la ocupación de la OTAN de Siria y desbaratar la influencia rusa en Medio Oriente.

La libertad es el conocimiento de la necesidad. Y occidente sabe de la necesidad de neutralizar a China y Rusia en Oriente Medio. Si el ejército ruso estaba acabando con el Estado islámico en pocos días porqué Francia hace aprobar una resolución de ataques indiscriminados e incluso una intervención terrestre sobre Siria bajo el manto de la ONU?  ¿Qué sabe de todo esto la mujer que se pregunta “por qué otra vez Francia? Hollande, Meckel, Cameron,  Lindsey Graham y John McCain si saben por dónde va el agua al molino y presionan al Premio Nobel de la Paz Barak Obama a emplearse a fondo en la guerra y utilizar los recursos necesarios, cubiertos o encubiertos, para echar de Medio Oriente a los consorcios orientales que amenazan la supervivencia de  la seguridad del “Mundo Libre”.  Esta verdad nos confirma lo que siempre ha sido una verdad de a puño : que la libertad de los estadounidenses y europeos depende del petróleo de Medio Oriente, de los mercados asiáticos y las materias primas de América Latina.

¿Y en todo esto, donde queda la libertad? Pues en manos de la seguridad. Rehén de una ideología que hoy por hoy prefiere la seguridad, es decir, abolir la libre circulación de personas, la libertad religiosa, política, económica y cultural en pos de una supuesta seguridad que garantiza la supervivencia del individuo y la comunidad. Es mejor vivir en una celda segura, bajo gruesas rejas, que en libertad y expuesto a cualquier peligro. Los individuos, prefieren cargar con su celda a todas partes, vivir con su prisión a cuestas antes que la aventura, el peligro, la osadía del ser libre y feliz sobre la tierra. Toda esta parafernalia de atentados, ideologías, tretas, patriotismos ciegos son aptos para revolver la superficie del ser humano. El fondo de los seres vivientes e inteligentes, que prefieren creatividad,  aventura,  espacio abierto, realización en sí mismos, está ahora sepultado por las guerras ajenas que imponen los Estados a cambio de seguridad.

La seguridad nunca será compatible con la libertad del ser humano. Son conceptos y sentimientos antagónicos. La seguridad que ofrecen los grandes imperios económicos son la esclavitud del trabajo precario y la búsqueda incesante de una libertad financiara que le garantice una vida digna. Ocupado las 24 horas del día, incluidas las horas de soñar, no tiene tiempo de gozar la libertad por la cual los gobiernos lanzan feroces expediciones militares allende sus fronteras, coartan la libertad de pueblos enteros e imponen sus grillos imperiales donde ponen sus ojos.

Bárbaros atentados como los de París,  New York, Madrid, Mali, Irak,  Afganistán y Siria, son actos cobardes e inhumanos que hieren la inteligencia humana, que mancillan el honor de toda una época, que degradan la existencia misma. Quienes los originan saben por qué lo  hacen. Manipular estas criaturas no es del todo fácil. A veces se van de las manos. Quienes hacen uso de su potencial militar para imponer sus deseos como los que hacen de su cuerpo un arma contra los tanques nublan la razón de nuestros tiempos. Quien ataca espera una respuesta. Eso lo sabemos todos. Y quien asalta la soberanía de otros pueblos sabe bien que pone en riesgo su propia soberanía. Es decir, quien usa su poder para esclavizar otros pueblos es tan criminal como los kamikazes que matan a seres inocentes junto a su perturbada vida, también manipulada por aquellos que buscan liberar a sus pueblos de la influencia de occidente para acorralarlos en la seguridad de sus religiones donde la libertad es la principal sacrificada. ¿Quién entiende todo esto?

@arturopradollima

Madrid, noviembre de 2015

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LAS OBJECIONES DE UN PRESUNTO DELINCUENTE A UN POSIBLE ACUERDO DE PAZ EN COLOMBIA

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Arturo Prado Lima

Los puntos enumerados por el senador Uribe en contra del proceso de paz bien podría utilizarlos para evitar el juicio de la historia que, sin lugar a dudas, lo pondrá en el sitio justo que le corresponde: en el mismo lugar de un Alberto Fujimori, un Augusto Pinochet, un Pablo Escobar, un Carlos Castaño, unos hermanos Rodríguez Orejuela, incluso, un Popeye: es un presunto delincuente autor de numerosas atrocidades y aún no ha confesado ni está en la cárcel. Sus dos presidencias, la primera llevando precisamente a los electores a punta de fusil a las urnas (casi todos sus senadores, representantes, gobernadores, diputados y alcaldes están o estuvieron en la cárcel por paramilitarismo), casi 5 mil jóvenes inocentes asesinados por las fuerzas armadas en lo que se ha llamado “los falsos positivos”, la “chuzada de los teléfonos a la oposición, a los jueces, a los periodistas, y hasta las altas cortes de la institucionalidad colombiana son crímenes de lesa humanidad aún sin castigo. Y el escándalo de la Yesid-política, donde se maniobró pagando con notarías uno o dos votos para lograr la reforma constitucional y obtener un segundo mandato.

Colombia fue aplastada literalmente por la política de la “Seguridad democrática”, y hoy, sus ministros más cercanos, sus directores de esa “Seguridad democrática” están encarcelados o prófugos de la justicia. Los cabecillas de esas atrocidades no han confesado ni han pagado aún con cárcel. Con este proceder, le pregunto al señor Uribe, “¿se le ha quitado a la justicia restaurativa la compañía de la disuasión del criminal, con la cual se priva a las víctimas de la mayor reparación: el derecho a LA NO REPETICIÓN DE LA VIOLENCIA?”

Respecto a la igualdad en el juzgamiento a los actores de la guerra, guerrilleros y Fuerzas Armadas, dice el senador que estas últimas han sido respetuosas de la democracia, guardianes de la Nación y no actores de conflictos con terroristas y que merecen un tratamiento digno e independiente de los criminales. Ahí tiene razón, soldados y guerrilleros rasos deben recibir un tratamiento judicial justo distinto a las cúpulas militares de los dos bandos. Y en una de esas cúpulas militares, como comandante en jefe de las Fuerzas Armadas Colombianas está Usted, señor Uribe, que debe ser juzgado con la misma vara con que se Juzgue a Timochenko, o al comandante a la cúpula militar del ELN.
Dice el señor Uribe que “con este acuerdo todos los soldados y policías de Colombia, incluidos en la teoría del contexto, quedan con el riesgo de tener que confesar crímenes que no cometieron o de irse a la cárcel”. Es decir, ¿teme Usted que lo que confiesen los militares respecto a la cúpula militar del bando contrario a la guerrilla le afecte a Usted y por tanto debe concedérseles el beneficio automático de la inocencia y los del otro bando el calificativo de criminales?

El paramilitarismo, por otro lado, ha sido impulsado por terratenientes, industriales, instituciones armadas y que yo sepa la sociedad colombiana no es la dueña de las haciendas, de la gran industria; la sociedad colombiana no dirige la gran política, los grandes proyectos económicos ni las grandes cruzadas nacionales. Los financiadores de las grandes masacres no es la sociedad colombiana. La sociedad colombiana es la víctima, y los victimarios, un Víctor Carranza, un Carlos Castaño, un Rodríguez Orejuela, unos altos mandos militares que para quitarse el estorbo de la Constitución, recurrieron al paramilitarismo y al narco terrorismo que hasta hoy tiene en jaque a la sociedad colombiana. No, no es lo mismo sociedad civil que terrorismo. Los civiles que financiaron la guerra del terror son una mínima parte de la sociedad. La inmensa mayoría es esa masa informe que sobrevive a los dictados de las guerras que la acosan ya más de medio siglo.

“Cualquier ciudadano queda expuesto al riesgo de tener que aceptar un delito que no cometió como condición para no ser condenado a la cárcel”. Esta es una vulgar visión de lo que está sucediendo hoy en la sociedad colombiana. Se entiende que en el proceso de paz que se lleva a cabo en Cuba entre el Gobierno del señor Santos y la guerrilla de las FARC, se ha diseñado un esquema de justicia transicional, es decir, unas penas aplicables a las cúpulas militares en la que el factor clave son los sujetos acreedores a esta, y lo que es más importante, durante un tiempo determinado. La norma se aplicará a los miembros de las FARC y eventualmente a las cúpulas de los dos, o tres actores armados, no a la sociedad colombiana. No es lo mismo aplicar esta ley a los 15 o 20 mil miembros de las FARC que a 47 millones de colombianos. ¿De dónde saca, señor Uribe, que cualquier ciudadano estaría dispuesto a confesar un delito para no ir a la cárcel? ¿Cree Usted que el nuevo escenario después del acuerdo de paz será una cacería de brujas donde todos tendríamos que ir a confesar un delito para quedar libre de un posible juicio criminal?
Hasta donde tengo entendido, los paramilitares que se acogieron a Ley de Justicia y Paz que lideró el señor Uribe, tenían mucho que ver con el procesamiento y tráfico de drogas. Ellos secuestraron, descuartizaron, cometieron delitos atroces contra la humanidad. Muchas de las confesiones de estos paramilitares sindican al señor Uribe de ser un hombre astuto, cruel y rico, y por ahí circula un libro donde se le sindica como el narcotraficante número 82 en el mundo. Todos los beneficiarios de la Ley de Justicia y Paz, de una u otra manera, abierta o velada, se les ha aplicado conexibilidad del secuestro y el narcotráfico con el delito político.

La paz, según todos lo sabemos, no es la ausencia de conflictos. En la Habana no se está discutiendo sobre la ideología del señor Santos y de las FARC. No se discute si es este de derechas o de izquierdas. En la Habana no se inaugura un estado de gracia para la nación. No se sienta las bases para un edén. No. Señor Uribe, en la Habana se negocia que las ideologías, los problemas, las contradicciones que se dan al interior de Colombia no se diriman a través de las armas, sino a través de mecanismos democráticos: plebiscitos, referéndums, elecciones, en fin, todos aquellos mecanismos que signifiquen democracia. Entonces, en una negociación de este tipo, si les cerramos la puerta a los guerrilleros a dirimir sus conflictos en las urnas y no a través de los fusiles, ¿en qué quedamos?

Yo participé de esta discusión hace 25 años: entrega o dejación de armas.
El término “dejación”, significa, a mi entender, dejar las armas, no el conflicto, la ideología, los sueños de un determinado grupo o persona a realizar su utopía.
El término “entrega” es mucho más complejo puesto que, en las guerrillas colombianas el fusil es considerado una extensión del cuerpo. Entregar esa parte del cuerpo es quedar mancos. Cualquiera puede abusar de ellos una vez desarmados. Es más, el término “dejación” significa que yo he elegido dejar las armas, mediante una negociación, es cierto, pero soy yo, soy el sujeto, el que deja las armas. No entrego nada, lo que hago es dejar las armas como arma de disputa y asumo otras formas de lucha. Y con respecto a las fincas y el dinero en poder de las FARC que reclama el señor Uribe, que no será demasiado, estoy seguro que serán parte de los puntos de negociación antes de ese histórico 3 de marzo de 2016.

Gracias a “La indignante tiranía de Venezuela”, a la constante ayuda del presidente Chávez y de su sucesor, junto a Chile, cuba y otros países, las negociaciones de paz han llegado hasta el punto de no retorno. El pueblo colombiano sabrá agradecer estos gestos de amigos. El castro- chavismo ha hecho posible ese estrechar de manos entre Santos y Timochenko. Las mentalidades aldeanas y adictas a la guerra no lo pueden entender, y es aquí donde el ex presidente Uribe se vuelve peligroso para una sociedad que histórica y políticamente ha sido manipulada para mantener el privilegio de unos pocos.
Es, en cierta medida, las zancadillas que están dispuestos a poner los guerreristas, lo que obliga a optar leyes habilitantes que algunas veces, aunque lo dudo, traspasará los límites de la actual Constitución. O acaso, ¿las élites financieras y políticas, los terratenientes y los generales no crearon y financiaron a los paramilitares para saltarse los límites de la Constitución?

El Centro Democrático, fiel a su ideología guerrerista, sigue manipulando a los colombianos y colombianas para que prevalezca una guerra permanente y sostenible, llevándolos a pensar que un previsible acuerdo de paz con las FARC es un Golpe de Estado de las guerrillas contra la democracia colombiana. No es así, el acuerdo de paz significa cambiar el método de las armas para resolver los problemas nacionales por el método democrático. Eso, y nada más que eso. ¿Difícil de entender señor Uribe?

@arturopradolima


 

Walter Trujillo Moreno en Poemas del Alma


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